jueves, 3 de enero de 2013

Oscuras amapolas: breve antología de la fragilidad


Para Luna 

Sale el sol,
y se cruzan en un mar las amapolas,
se besan las alondras,
y se acarician los árboles dormidos.
Teresa Domingo, Luzbel de penumbra


Paseo entre los vigías infantiles. Entre las oscuras amapolas. Llega un viento que
arroya mi alma, lleno de rostros inocentes. Me siento en el umbral de tus labios como
un poema pequeñísimoooooooo.
Begoña Callejón, Cenicienta en sangre


El catártico susurro de las amapolas
ha desatado impetuosamente
el nudo de mi corazón.
Javier Corcobado, Yo quisiera ser un perro


Sus movimientos son extraños,
pero su mente es fuerte. No puede ser cegada por amapolas modificadas.
Natalia Manzano, Apnea


Es el tiempo de la siega y las amapolas,
de los verdes que grisean,
de tardes que se alargan
por encima de las miradas.
Carles Duarte, Los inmortales


Descansemos en la pradera
de amapolas instantáneas.
Guillermo Lago, Qué es lo que es


Imagino que me sueña escribiendo, como ahora, cosas de ella y los tres dioses que se recuestan y le hacen el amor sobre un puñado de amapolas negras.
David Meza, El sueño de Visnu

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1 comentario:

Teresa J. dijo...

Me encantò el post ,es la primera vez que leo poemas dedicados a la amapolas.Besos.Teresa J.