martes, 27 de noviembre de 2012

"papel a punto de" Estíbaliz Espinosa en el blog de C C Rider


Foto: C C Rider

PAPEL A PUNTO DE    Estíbaliz Espinosa


Desaparecer desde Gutenberg ha sido la bola de escarabajo pero de papel que el hombre ha deglutido de un par de líneas. No siempre ha sido un terrón de boca pero sin lugar a dudas, indagar el espacio de cualquier materia, esa “inextinguible realidad increada” como decía René Chàr, se desprende como un suave iceberg que se da a leer. Bajo una aparente simplicidad que estructura Estíbaliz en   papel a punto de    es fácil encontrar el tigre, el que no está en el verbo, el macguffin. Transfinito, el papel mora en quien lo protege con el abrazo del tórculo, y con él acuña tres tigres-lugares-innominantes “materia oscura” “materia gris” “fluido rosa”. Aunque para ello la imagen de un terrón ha de ser cambiada por un desierto. [Nota mental- Mañana buscar el libro de Georges Perec, “Especies de Espacios”]

  " papel a punto de
  
Irrumpimos en esta geometría de cantos obedientes a la escritura como feroces carcomidos por una distancia de siglos.

No es más que un nicho de mercado dicen algunos. No es más que un esternón de calcio ausente en mi vida, dices tú. Como sobre una cama revuelta vendavalean mis sujetos con tu predicado. Es su silencio de venda el que nos hizo llorar. Es su aspecto de fotografía velada el que emborronó la luz del día. Sepulcro hermético de una palabra enclenque, aferrada a ti como a un cálculo de probabilidades. Fíjate bien, en su cuadrilátero apenas te noqueará la vida. Si bien nada de esto significa estar a salvo. La extinción de las formas sigue su ritmo de lectura. Rebotamos contra las paredes de esta cárcel del idioma, instalada sobre la estera de un desierto. Qué pájaro querrá beber de este charco de autocomplacencias. Qué humano se contemplará en toda esta agua por la que circula con lentitud de vaca el universo. Una huella seca significa más que esto, relata mejor lo que se entusiasma y se pudre.. A ver, un espejo de harina para el monstruo conmovido. La rectangularidad de este paisaje rebanará tu cuello. Hemos cultivado parterres con inocencia y experimento. Campo magnético de juegos de pelota y puntos y aparte. Schrödinger formula nuestra existencia en términos de ser o no observados. Leídos. Ahora la estricta regularidad de la página nos somete a sus guarismos: tu abuela asoma por el borde que has doblado y hay un borracho dormido entre las fibras vegetales. Nada de esto sucedería en el mundo digital. Las páginas no arderían como libros místicos, sino que se disolverían como gramos de almas. Algo estremece esto que tenemos entre las manos. Tálamo nupcial de la locura y la consigna. Emulsión cuadrada de área igual a base por altura entre los dos. Compuerta por la que cabalga la humanidad casi dispuesta a conquistarnos. Quién escribe y con qué intenciones. Se desalojó
de su materia y llegó a nosotros. Chip nervado. Seixo branco. Palma primitiva. La primera mano virtual. Fosa mariana herida por un rayo. Llaga que nunca termina de cerrar del todo. La lenta supuración humana. A punto de nieve su soledad.



Toda la elegancia y la ternura de un pañuelo doblado por nuestra madre al fondo del cajón que en contadas ocasiones miras. Factura de la luz. Esto horizontes móviles pueden con todo. Nada los amenaza, nada los arrasa. Soportan, como columnas de humo, la belleza. Salen indemnes de ella. No se inmutan ante nuestro informe forense. Saben dónde se esconde el delator sin delatarlo. Nunca se leen entrelíneas a sí mismas. Sellado con silicona preservan el corazón de los grandes. En una urna griega, las cenizas de un romántico inglés. En un cáliz que se aparta, las retinas celestes de un peruano. Resiste una copia en carbón de aquellos que se perdieron. Papel carbón.. Páginas de cortesía nos ofrecen su cálida nuca. Páginas, páginas, páginas. Demasiadas. Su insolencia. Léeme. A veces sosa su cáustica, aburrido su paroxismo. Las ocultas, las pálidas, las eclipsadas… Quién lo diría: células fotoeléctricas que se activan con tu mirada. Mazorcas de letras. Ristras de palabras. Hologramas viviendo su existencia a medias en el orden del alfabeto. Es ésta una cama hecha para deshacerse. Una levadura que levita. Cada expresión humana corre a esta ecuación a guarecerse. Del mundo. A pesar de nosotros mismos, su registro nos lamina en pasados y futuros, formas dichas y elididas, nombres propios y comunes. Lo mezcla todo. Sil y Nilo. Monelos y Amazonas. Su ciencia vacuna la ficción. De la escritura no esperes nada, la literatura con su forma de hueco de pala está excavando los contornos de tu muerte. Les planta flores y vías lácteas. En este laboratorio improvisado que fregamos desde los siete años, una casual sucesión de químicas orgánicas convierte esos contornos en bomba.

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Una bomba permanente en suspense sobre la boca de un niño.
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Es el hijo de tu hijo, radiactivado en la lectura.
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Thoreau cuenta, dice la historia –aunque de este vicio nunca fueron culpables los indios-, que mientras así festejaban, la colina se tambaleó hundiéndose de repente; aunque se salvó una vieja india llamada Walden, que dio su nombre a la laguna. […] …ya no hay misterio para mí y se me desvela el empedrador. Si el nombre no fue derivado de algún topónimo inglés –como Saifron Walden, por ejemplo- cabría suponerlo originalmente Walled-in Pound. Es adecuado acercarse a cierta poesía como si fuera una laguna mullida por heteróclitos y heteretrópicos, pues en la poesía de Estíbaliz, el mostrar se convierte en maullido, desde ninguna ciudad, desde dentro
 […
de entre todas las formas de hacerte inmortal
escogieron esta 
esta página.]
GATOS: Son salvajes en el corazón de las ciudades,
pero tímidos y asustados en el corazón de los bosques.
Ya no están bien en ninguna parte.
[“El circo del Dr. Lao”, Charles G. Finney]
Aunque como dijera Georges Perec en un  “Pequeño pensamiento plácido”
 Cualquier propietario de un gato dirá con razón que

los gatos viven en las casas mucho mejor que
los hombres. Incluso en los espacios más horriblemente
cuadrados, saben encontrar los rincones propicios.”

8y

Gato, lago. Redescubrir lo simple como convergencia de posibilidades; no solo divide sino que también (nos)reúne. Y como decía Deleuze además de Bergson “La diferencia interna habrá de distinguirse de la contradicción, de la alteridad de la negación. Este es el punto en el cual el método y la teoría de Bergson se contraponen a ese otro método, esa otra teoría de la diferencia, que llamamos dialéctica. Tanto a la dialéctica platónica de la alteridad como a la dialéctica Hegeliana de la contradicción”. Ojo, latido de pupila, sutura, secesión de la palabra. Retama dolida o en suspenso, musical huella con transustanción o sin ella, el milagro se produce. La poesía aún así se ha visto y sobre todo en occidente maltratada por un exceso de filosofía y por el romanticismo de origen apoderado. Citaré un texto tirando de la pestaña de “El libro de la almohada” de Sei Shonagon escritora, en el año 994 – “Cosas que hacen latir deprisa el corazón… Gorriones que alimentan a sus crías. Pasar por un lugar donde juegan niños. Dormir en una habitación donde se ha quemado incienso. Advertir que un elegante espejo chino está un poco empañado. Ver a un caballero que detiene su carruaje frente al portón y ordena a sus servidores que lo anuncien. Lavarse el pelo, acicalarse y ponerse ropas perfumadas. Aunque nadie lo vea, sentimos un íntimo placer.
Es de noche y uno espera una visita. De pronto nos sorprende el sonido de las gotas de lluvia que el viento arroja a las persianas.”-  Caminar rectamente debía ser para el japonés de la época un ejercicio de imaginación y juego, como un “bee-line El ritmo narrativo en Virginia Woolf, por ejemplo en “La marca en la pared” pasa por ser un camino vertiginoso pero de un modo inherente, implosivo, llevando al lector al punto que alimenta la red. Alejarse a una cálida minoría distanciándose de la multitud afirmando que se es todos. Alejarse del nicho de mercado, tajar el alarido de la información para sentir la comunicación. ¿En qué estaremos pensando?. "Sporco comunista", "mascalzone", "frocio", "fetuso"... ("sucio comunista", "sinvergüenza", "golfo", "maricón"...). Fueron las últimas palabras que escuchó Pier Paolo Pasolini antes de ser apalizado en mano de sicarios hasta morir en la noche del 1 al 2 de noviembre de 1975. El muro contra el que colisionó el poeta italiano fue sin duda el muro que se obceca en usar las palabras como piedras de contrafuerte. Estiro una pestaña más del libro de Estívaliz y ahora, de la parte central en el libro, “materia gris” y de la parte horizonte en la vida. Será un golpe de cincel en la bruma para este otoño. Carve in etching. Será también preciso decir que ningún escritor es dueño de una lengua. En la medida en que somos pensados por la lengua.


     de Ciudad Juárez"
 
Dentro de este texto. Había algo.

Algo que olvidé, porque el olvido es lo único que dura
Y somos más lo que olvidamos.

He de seguir con este texto, ya que lo comencé.
Tus ojos mimetizan los míos cuando leen esto.
También aquí me detuve yo.

…en posición decúbito dorsal y vestida con pantalón de mezclilla…

Unas pocas palabras que duren para siempre nunca.
Las hay de la exacta duración de tu parpadeo en este instante.
Máquina. Animal. Cromagnon de refinada sonrisa
Esclavo de un algo que viene de más lejos

…de tez morena clara, 1’75cms…pelo castaño, ojos grandes color café, 24 años…

Es más duro aún acabar poemas de circunstancias.
La memoria es un artefacto cuya indolencia tiraniza.
No recordaremos aquello que merece la pena ser recordado.
Dentro de este texto había algo que ya no está.
Localizado el cuerpo de una mujer no identificada

…A veces, no les queda más opción que caminar solas por lotes baldíos y caminos sin iluminación…

A ellas.
Ya las recuerdo.
Le parieron hijos a la adversidad.
No tienen hijos. Son vírgenes.
No sé quienes son.
No les gustaba el café.
Les chiflaba el café.
Durante un instante parpadearon en este texto.
El texto acaba aquí.

  

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Foto: C C Rider
Fuente: mamaquchanayay

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