martes, 15 de mayo de 2012

Tatuajes y cicatrices de la palabra poética

Foto: Ana Santos Payán


Los tatuajes son notas a piel.

Camilo de Ory, 300

La madre
no quiere tatuajes
en la piel
de su hija.

Sara R. Gallardo, Epidermia


Hipocampo de tatuaje,
dame tú un descanso de mí,
y déjame ser vivido por la vida
como una aventura.

Javier Corcobado, Yo quisiera ser un perro



La primera impresión de Roma me la da un joven guardia italiano, rubio hasta en el respirar, que dejaba ver por la camisa, de manera calculada, los agresivos tatuajes que le llenaban el pecho y los antebrazos. Tenía la nuca más bella del Mediterráneo. Benvenuto
a Roma, ragazzo.

Antonio Portela, Ciudadano Romano

Alabado sea el cocinero de cabeza rapada
y un tatuaje en el hombro que decía Oye

Martín Espada, Soldados en el jardín

Ciudades que habitan tatuadores,
dibujando en su piel cúpulas malva
o plumas de avestruz. Los marineros
no llevan en el brazo
un nombre de mujer sino de calle.

Verónica Aranda, Postal de olvido

los tatuajes
florecían hasta su vientre abultado como el bulbo de una vida.

Natalia Manzano, Apnea

Sailors Grave
Pacté con mi madre un tatuaje en el cuello.
Las dos compartiríamos marca,
las dos,
el sello de la tinta que nos une.

Ahora una cicatriz
en el lugar íntimo
separa nuestras nucas para siempre.

Luna Miguel, Almanaque poético


No puedes escaparte La tendrás
anclada en tu memoria para siempre
como una cicatriz o una fractura

José Pablo Barragán, La nave


No se trata de buscar una cicatriz, sino de encontrar la señal de iniciación
del protagonista. Hay que buscar el sentido de su historia.

Begoña Callejón, Cenicienta en sangre

La luz como un puente destruido
por el polvo. El tacto de tus botones,
el aroma de tu blanco cabello, esa
cicatriz en el pecho. Esta ropa por amor
y gastada por el deseo.


Una cicatriz trincha la frente de su marido
donde los médicos extrajeron el tumor, donde las células cancerosas se desparraman como un puñado de hormigas.

Martín Espada, Soldados en el jardín

Cierro los ojos en mi cama:
la almohada hecha una doblez
(tras la espalda),
los ojos cicatrizados,
cuerpo y mente al acecho de Drácula…
Y el tiempo suscitando cosas horribles sobre mis piernas.

Alejandra Vanesa, El hombre del saco

A veces, la hendidura,
la cicatriz de un cuerpo que sostiene
su propia intrascendencia.
Ana Gorría, Araña

con las manos en la barra tensa de los trenes de cercanías
con el lexatín de cada alzarse
con las marcas hechas por el ultravioleta
con las estrías que son logos corporativos
a mi cuerpo vencido por la resistencia de la desidia
a mi cuerpo le bastan solamente
los dedos levantados del orgasmo

Maite Dono, Circus girl

En todas las trincheras
hay una cicatriz abierta y desoída,
un estuche de sueños con metralla,
alguien que falta a la mesa
y que cogía el tren a menos cuarto.

Óscar Santos, Infierno sostenido



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